sábado, 26 de julio de 2008

A Veces


A veces, queremos decir tantas cosas pero no las decimos…

A veces, se nos va el tiempo, en discusiones sin sentido…

A veces, en vez de decir cuanto amas, te la pasas diciendo tonterías…

A veces, pierdes a la persona que más amas, por no tratar de entenderla…

A veces, es bueno decir te amo, en vez de decir otras cosas…

A veces, las mañanas no son, como quisieras que fueran…

A veces, el sol no brilla como quisieras y tus días son grises…
A veces, la luna no la ves y tus noches son oscuras…

A veces, hay que tener paciencia, con la persona que dices que amas…

A veces, nos ciega la ira y ofendemos sin querer a quien más amamos…

A veces, es bueno pedir perdón, si sabes que has ofendido..

A veces, es bueno decirle a un/a amig@ cuanto lo extrañas…

A veces, es bueno ver los defectos tuyos antes que los ajenos...

A veces, dañamos a las personas que nos aman, porque somos ciegos...

A veces, soñamos con un mundo ideal, cuando en realidad lo tenemos en nuestras narices...

A veces, el mejor regalo que podemos dar es el silencio...

A veces, un amig@ puede llegar a ser un hermano...

A veces, me gustaria dejar de decir a veces y decir siempre, dejar de pensar y actuar, dejar de soñar y vovler a la realidad, dejar de ser lo que soy y mejorar como persona...

Yo Temía...


Temía estar solo hasta que…
…aprendí a quererme a mi mismo.

Temía fracasar hasta que…
…me di cuenta que, únicamente fracaso si no lo intento.

Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que…
…me di cuenta que, de todos modos opinarían de mi.

Temía que me rechazaran, hasta que…
…entendí que debía tener fe en mi mismo.

Temía al dolor, hasta que…
…aprendí que éste es necesario para crecer.

Temía a la verdad, hasta que…
…descubrí la fealdad de las mentiras.

Temía a la muerte, hasta que…
…aprendí que no es el final sino más bien el comienzo.

Temía al odio, hasta que…
…me di cuenta que no es otra cosa más que “IGNORANCIA”

Temía al ridículo, hasta que…
…aprendí a reírme de mi mismo.

Temía hacerme viejo, hasta que…
…comprendí que ganaba sabiduría día a día.

Temía al pasado, hasta que…
…comprendí que no podía herirme más.

Temía a la oscuridad, hasta que…
…vi la belleza de la luz de una estrella.

Temía al cambio, hasta que…
…vi que aún la mariposa más hermosa, necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.