sábado, 21 de junio de 2008

La Historia del Lápiz

El niño miraba a su abuela, que escribía una carta. En determinado momento, preguntó:

- ¿Estás escribiendo una historia que nos sucedió a nosotros? ¿Y, es por casualidad una historia sobre mi?



La abuela dejó de escribir, sonrió y comentó al nieto:

- Estoy escribiendo sobre ti, es verdad. Ahora bien, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueras como él, cuando crezcas.


El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada especial.



- Pero, ¡si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!

- Todo depende de cómo mires las cosas.

Hay cinco cualidades en él que, si consigues conservarlas, te harán siempre una persona en paz con el mundo.

Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no debes olvidar nunca que existe una Mano que guía tus pasos. A esa Mano la llamamos Dios y Éste debe conducirte siempre en la dirección de Su voluntad

Segunda cualidad: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Con eso el lápiz sufre un poco, pero al final está más afilado. Por tanto, has de saber soportar algunos dolores, orque te harán ser una persona mejor. ..

Tercera cualidad: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar los errores. Debes entender que corregir una cosa que hemos hecho no es necesariamente algo malo sino algo importante para mantenernos en le camino de la justicia.

Cuarta cualidad: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que lleva dentro. Por tanto, cuida siempre lo que ocurre dentro de ti.


Por último, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca. Del mismo modo, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará huellas y procura ser consciente de todas tus acciones.

La Puerta

En una tierra en guerra, había un rey que causaba espanto.

Siempre que hacía prisioneros, no los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre.

En esta sala el rey les hacía formar un círculo y les decía entonces...

"Ustedes pueden elegir entre morir atravesados por las flechas de mis arqueros o pasar por esa puerta misteriosa".

Todos elegían ser muertos por los arqueros.

Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo sirvió al rey se dirigió al soberano y le dijo: --"Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?"

Y le responde el rey:

--"Dime soldado".

--"¿Qué había detrás de la horrorosa puerta?".

--"Ve y mira tú mismo", respondió el rey.

El soldado entonces, abrió temerosamente la puerta y, a medida que lo hacía, rayos de sol entraron y aclararon el ambiente... y, finalmente, descubrió sorprendido que la puerta se abrió sobre un camino que conducía a la libertad.

El soldado admirado sólo miro a su rey que le decía:

--"Yo daba a ellos la elección, pero preferían morir que ariesgasrse a abrir esta puerta".






¿Cuántas puertas dejamos de abrir por temor?.
¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, solamente por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños o nuestras metas?

El Zorro y el Oso

Un buen día un hombre paseaba por el bosque cuando se encontró con un zorro herido. La pobre criatura se había roto las cuatro patas mientras intentaba huir de un cazador y estaba tal malherida que ni siquiera podía moverse para encontrar comida.

El hombre sintió lástima por el animal y decidió acercarse a él. Pero mientras lo hacía vio un gigantesco oso que se asomaba entre los árboles, arrastrando los despojos del animal que acababa de devorar. El oso pareció no interesarle el zorro y de hecho, dejó caer los restos y se dio media vuelta en busca de otro animal que llevarse a la boca. Los desperdicios cayeron junto al zorro, que se lanzó sobre la poca carne que quedaba con enorme ansiedad.


Al día siguiente, el hombre volvió al bosque. Una vez más, el oso había dejado un apetitoso bocado cerca de donde yacía el famélico zorro y nuevamente el zorro se había abalanzado sobre la comida. El tercer día, al volver al bosque, la escena se repetía.


El hombre reflexionó detenidamente sobre lo que había visto.

-Si Dios se preocupa tanto por el zorro - se dijo a sí mismo-, ¿cuánto más se preocupará por mí......?

Mi fe no es lo suficientemente fuerte, debo aprender a confiar en Dios con la misma intensidad que el zorro. Acto seguido, el hombre se arrodilló en el bosque y, con la mirada puesta en el cielo, exclamó:-Señor, el zorro me ha demostrado lo que es tener fe en ti. A partir de este momento me entrego a ti en cuerpo y alma. Confío en que cuides como el oso asiste al zorro.Dicho esto, el hombre se tumbó en el suelo a la espera de que Dios se ocupara de él.

Transcurrió un día y no sucedió nada. El hombre empezó a tener hambre. Pasó otro día y seguía sin ocurrir nada. El hombre empezó a mosquearse. El tercer día, cuando aún no había ni rastro de Dios, el hombre se enfadó.

- Señor, quieres a ese zorro más que a mí. ¿Por qué no te preocupas de mí con lo mucho que yo confío en ti? ¿Por qué no me alimentas?.

Por fin, el hambre obligó al hombre a volver al pueblo. En una de las calles del pueblo, se topó con un niño hambriento. No pudo contenerse y le manifestó a Dios su ira:

-¿Por qué no haces nada para ayudar a este pobre niño?.-

Ya lo he hecho, respondió Dios.

Te he creado a ti. Pero has decidido seguir el ejemplo del zorro y no el del altruista oso.


Llantos...

Si tienes que llorar, llora como los niños. Fuiste niño un día, y una de las primeras cosas que aprendiste en la vida fue a llorar, porque forma parte de la vida.

Jamas olvides que eres libre, y que mostrar emociones no es una vergüenza.

Grita, solloza en alto, haz ruido si te da la gana, porque así lloran los niños, yellos conocen la manera más rapida de sosegar sus corazones.

¿Te has fijado en como los niños dejan de lloraar?

Algo los distrae, algo llama su atencion hacia una nueva aventura.

Los niños dejan de llorar muy rapido.

Asi tambien te pasara a ti, pero solo si llorar como llora un niño, o sea, llorr desde lo mas profundo del ocrazon, llorar desde lo mas ondo de tu ser, llorar y dejar que ese llanto arrstre consigo todos los malos pensamientos que nos invaden, todas las sensaciones que nos llenan de amarguras el corazon.

El llanto sirve para deshaogarse, pero a la vez sirve para purificar el alma y el corazon, dejarlos tan puros como el de un pequeño.

Aprendamos, porque nunca es tarde para intentar algo nuevo e innovador, sobretodo nos nos ayuda a ser mejores...

El Hilo de Araña

Un hombre malo, al morir, se encuentra con un ángel a la puerta del infierno.
El ángel le dice:
-Basta con que hayas hecho algo bueno en esta vida, y eso te ayudará.
El hombre respondió:


-Nunca he hecho nada bueno en esta vida, estoy condenado a permanecer en este sitio.

-Piensa bien -insiste el ángel-

Entonces, el hombre recuerda que, una vez, mientrsa andaba por un bosque, vio una araña en su camino, y la rodeó, evitando pisarla.

El ángel sonríe y un hilo de araña desciende de los cielos, permitiendo que el hombre suba hasta el Paraíso.

Otros condenados aprovechan para subir también.

Pero el hombre se gira y empieza a empujarlos, pues tiene miedo que el hilo se rompa.

En ese momento el hilo cede, y el hombre cae denuevo al infierno.

-Que pena - el hombre escucha ecir al ángel-.

Tu egoísmo transformó en mal lo único bueno que has hecho.